martes, 15 de abril de 2008

Figuras retóricas

Figuras retóricas

El lenguaje poético reposa en una propiedad fundamental del discurso lineal: la de ser descomponible en unidades de significación y de no significación (significado y significante). Es así como opera la retórica en tres niveles: semántico, morfosintáctico y fónico. Para su comprensión, identifiquemos las más frecuentes:

I. NIVEL SEMÁNTICO

Aunque todo recurso es semántico, por incidir en mayor o menor medida en el sentido, se llama figuras semánticas a dos grandes grupos de recursos que toda retórica coincide en separar: 1) los tropos y 2) las figuras de pensamiento.

Los tropos:

La retórica clásica aisló los tropos definiéndolos como inmutatio verborum: sustitución de una(s) palabra(s) por otra(s). La lengua literaria, en efecto, está creando constantemente nuevos sentidos y asociaciones de sentido por el procedimiento del cambio de significación que va inherente a la sustitución de una palabra por otra que se refiere a ella de modo traslaticio o indirecto.

A) La metáfora. Se basa en una relación de semejanza entre los significados de las palabras que en ellas participan, una como término sustituido o evocado, y la otra como término metafórico o vehículo. Se presenta como una comparación abreviada y elíptica (sin el verbo).

“sus cabellos (son) de oro”
“el oro de sus cabellos”

B) La metonimia. Se define como un tropo en el que un término sustituye a otro porque guardan entre sí una relación de contigüidad. La traslación viene guiada no por una semejanza, como en la metáfora, sino por la proximidad existente entre ellos en el campo de la experiencia. Un término (B) nos lleva a otro (A) porque son contiguos en sus relaciones de causalidad, de procedencia, etc.

“tener pluma fácil” por “escribir con soltura”
“tiene buen corazón” por “tiene buenos sentimientos”

C) La sinécdoque. La relación que se da entre los términos sustituido y vehículo es de igual modo, por contigüidad. El procedimiento de es el mismo que el de la metonimia, pero en este caso la relación es cuantitativa: el todo por la parte o viceversa.
“pedir la mano de la novia”
“X cabezas de ganado”

Las figuras de pensamiento

Tienen la característica común de afectar al modo de invención o presentación de una idea. Crean una relación inusual entre los contenidos o, bien, afectan a la relación entre signo y referente.

A) Sinestesia. Es un juego de los sentidos, mayor expresión de la metáfora:
“veo tus palabras”
B) Hipérbole. Exageración retórica. Se dice más para decir menos:
“Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;(...)”
C) Pleonasmo. Agregar a una expresión significantes que resultan innecesarios
por no aportar mayor significado:
“lo vi con mis propios ojos”
D) Antítesis o contraste. Oposición de términos, sobre todo abstractos, que, sin embargo, ofrecen un elemento en común:
“Ayer naciste y morirás mañana”

E) Alegoría. Conjunto de elementos figurativos usados con valor translaticios, y que guarda paralelismo con un sistema de realidades, lo que permite que haya un sentido aparente o literal y otro más profundo o alegórico.
“Si es buena el agua, bebed
sin preguntar por la fuente”

F) Paradoja. Unión de dos ideas en apariencia irreconciliables.
“Vivo sin vivir en mí;
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.”

G) Prosopopeya. Se humaniza lo inanimado.
“ en la cadera clara de la costa”

II. NIVEL MORFOSINTÁCTICO

A) Encabalgamiento. Separación de dos sílabas de una misma palabra o dos palabras de un mismo sintagma en dos versos diferentes.
“ ... y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insaciable...”

B) Elipsis. Supresión completa de una palabra, dejando incompleta una frase, a pesar de lo cual conserva sobreentendida su significación.
“Oh, pan tu frente, pan tus piernas, pan tu boca”

C) Hipérbaton. Modifica el orden gramatical sintáctico que proviene de la jerarquía de la función que determina la palabra en el enunciado.
“Roma lo busca, y Cartago”

III. NIVEL FÓNICO

A) Aliteración. Repetición de una misma letra con el fin de hacer la expresión armoniosa:
“el ruido que rueda la ronca tempestad”

B) Onomatopeya. Imitación de un sonido por una palabra.
“ Y déjame muriendo
un no sé qué, que queda balbuciendo”
Robinson Crusoe

Robinson Crusoe rescatando a su compañero Viernes de los caníbales
Robinson Crusoe es la obra más famosa de
Daniel Defoe, publicada en 1719 y considerada la primera novela inglesa. Es una autobiografía ficticia del protagonista, un náufrago inglés, que pasa 27 años en una remota isla tropical. La historia tuvo como inspiración unos hechos reales ocurridos a Pedro Serrano y Alexander Selkirk. El título completo es La vida e increíbles aventuras de Robinson Crusoe, marinero de York; quien tras ser el único superviviente de un barco mercante, náufrago 27 años completamente solo en una isla deshabitada cerca a la desembocadura del río Orinoco de América, y posteriormente liberado insólitamente por piratas; escrito por él mismo.

NARRATIVA DEL ROMANTICISMO

NARRATIVA DEL ROMANTICISMO
Características de la época
Es un movimiento en contra del Neoclásico y el uso excesivo de la razón
El mundo es un organismo vivo, imperfecto, sin patrones fijos, se busca la diversidad de la creación y en ello la originalidad.
La verdad se convierte en un asunto subjetivo, las respuestas a las grandes preguntas se inventan.
Hay una valoración de lo ideal, de lo espontáneo y lo sincero.
Hay una centralidad en el individualismo, el mundo se entiende a partir de la experiencia del sujeto, dominan la imaginación y la intuición
Los sueños son fuente de inspiración para el arte. Además hay una serie de contrastes ente conceptos.

Características de la literatura (1800-1850)
1. Hay una exaltación del yo poético, se privilegia el instinto sobre la razón, y la sensación frente a la reflexión.
2. La poesía lírica prima sobre los otros géneros.
3. El poeta experimenta sentimientos desmesurados, se produce el desaliento y desesperación. Por lo que muchos se suicidan.
4. Se proclama la libertad creadora así como la ruptura con el orden clásico.
5. Se usa el contraste como técnica de expresión así como la mezcla de géneros.
6. Hay una vuelta a la Edad Media y al Barroco, una idealización por el pasado, por la mitología oriental, bíblica y cristiana sobre la clásica.
7. Se rinde culto a la muerte.

Preromanticismo
En Francia, Inglaterra y Alemania empiezan una serie de movimientos que pugnaban por una mayor libertada creadora. Se basan en las ideas de Rousseau y Voltaire, así como en la añoranza de épocas pasadas sin embargo es en Alemania donde el movimiento Sturm und Drang (Tormenta y pasión) agrupó a jóvenes rebeldes artísticamente hablando. Los dos exponentes más importantes son Goethe y Schiller.

Johann Wolfang Goethe (1749-1832) escribe dos importantes obras: Las penas del joven Werther y Fausto. En la primera, a manera de diario, un joven narra el proceso de su pasión amorosa que terminará en suicidio, de esta obra se extraerá el término “dolor cósmico”. En la segunda recoge la leyenda medieval del doctor Fausto, quien ha vendido su alma a Mefistófeles por riqueza juventud y amor. En la primera parte de la novela se narra la pasión y muerte de Margarita, en la segunda hay un viaje al pasado en el cual Fausto explora sus necesidades más profundas y logra alcanzar el perdón de Dios.

El Romanticismo español
El romanticismo llega a España con retraso con respecto al resto de los países europeos, y no es particularmente fecundo. Su desarrollo está condicionado por la situación política marcada por el absolutismo de Fernando VII. Algunos críticos señalan el fin del auge romántico en las letras españolas hacia 1844, año del estreno del Don Juan Tenorio de Zorrilla. El principal exponente del Romanticismo en España, que supo sintetizar en su vida y su obra el espíritu romántico, fue José de Espronceda, considerado por algunos el primer gran poeta español moderno. Entre sus principales obras cabe mencionar Poesías (1840), donde reúne las composiciones realizadas hasta ese momento, y El diablo mundo (1840).

El Romanticismo norteamericano.
Dominado por la figura oscura de Edgar Allan Poe (1809-1849), quien marginado y solitario llevó su vida a los excesos de su propio arte. De un espíritu crítico su obra se convirtió en emblema del terror y la angustia, considera la belleza como un valor en sí mismo. Sus obras más importantes son algunos de los cuentos de Narraciones extraordinarias: “La caída de la casa Usher”, “La máscara de la muerte roja” y el famoso poema de “El cuervo”

Independientemente de autores y países, en la narrativa romanticista aparecen tres modalidades:
Novela
Características
Obras y autores
Histórica
Surge en Inglaterra con Ivanhoe, novela de Walter Scout.
Toma un contexto histórico e inserta una situación ficticia casi siempre tiene que ver con el valor de un héroe, el amor no correspondido y la deseperación
Walter Scout
Ivanhoe
Waverley
La prometida de Lamerrmoor
Quintín Durward
Víctor Hugo
Los miserables
Nuestra señora de París
Gótica
Surge en 1764 con El castillo de Otranto
Se nutre de ambientes, escenarios y contenidos de la Edad Media
Busca producir miedo en el lector y todo está supeditado a ello.
La arquitectura gótica es esencial en el ambiente para crear una atmósfera tenebrosa.
La naturaleza crea una correspondencia con el estado de ánimo del protagonista y los hechos naturales.
Horace Walpole
El castillo de Otranto

Edgar Allan Poe
Algunas de sus Narraciones extraordinarias

Mary Shelley
Frankestein
Policíaca
Se funda esta modalidad con la obra Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe.
Mezcla misterio, muerte, investigaciones de policías y un detective más astuto que es capaz de resolver el misterio.
Edgar Allan Poe
Los crímenes de la calle Morgue
Robert Louis Stevenson
Dr, Jenkyy y Mr. Hyde
La isla del Tesoro.
NARRATIVA DEL NEOCLÁSICO

Culturalmente el siglo XVIII comprende desde la muerte de Luis XIV, en 1715, hasta el estallido de la Revolución Francesa en 1789; a este periodo se le conoce con el nombre de Ilustración o Siglo de las Luces. El movimiento parte de las transformaciones ideológicas que tuvieron como antecedente el Renacimiento y de las revoluciones políticas y económicas que se produjeron en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Las ideas liberales surgen aquí para establecerse con mayor fuerza en Francia y más tarde extenderse por toda Europa y América

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII
1. Los siglos XVII y XVIII en Francia se caracterizan por el desarrollo del pensamiento filosófico, teológico, político y social. Se desarrollan la crítica y la erudición literaria, la investigación histórica y el quehacer científico en todas sus ramas. La fe en la razón y en la ciencia, que propagan los escritores franceses, irradia en todas partes un sentido crítico y renovador de la cultura, al cual se da el nombre de Ilustración, Siglo de las Luces.
2. El clasicismo surge como una reacción contra los excesos del barroco y retoma los modelos griegos y latinos en la creación artística, a los que imita fielmente.
3. Ésta es una época de controversia intelectual, más que de creación. Tanto las ideas como los valores sobre los que se había basado hasta entonces la cultura europea son sometidos a un riguroso examen, lo cual provoca una revolución de pensamiento que se ha definido como la “crisis de la conciencia europea”.
4. Hay un intento de renovación en todos los aspectos de la cultura, Francia es el modelo neoclásico.
5. La Ilustración difundió el racionalismo en Europa, la característica más sobresaliente de este movimiento intelectual es la fe en la razón y por lo tanto en la ciencia.
6. Hay una fe ilimitada y sin reservas en el progreso como la vía para alcanzar la felicidad, que deje de concebirse como una utopía y se le considera una meta alcanzable.
7. La Ilustración no sólo cree en la razón abstracta, sino que afirma que todo hombre posee la cantidad de razón suficiente para vivir racionalmente si se le brinda una buena educación. De esta idea surge la inquietud de enseñar y difundir todo aquello que se consideraba útil.
8. Los periódicos van a adquirir gran importancia, ya que se convirtieron en el vehículo de “las luces” y de todo género de problemas económicos, políticos, sociales, artísticos y literarios.





CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA NEOCLÁSICA

El Neoclásico se presentó en el panorama de la literatura del siglo XVIII como la correspondencia artística a los dictados sistemáticos y racionalistas de la ideología establecida por la Ilustración. Se trata de un movimiento espiritual, literario y cultural que pretendía recuperar el gusto y los principios del clasicismo.

El neoclásico fue una reacción necesaria a los excesos del Barroco decadente; con las luchas estériles entre tradicionalistas y reaccionarios; con una manera de pensar más racionalista, fundada en la filosofía cartesiana y un deseo de progreso científico. Hay que saber que fue una época de crisis de la conciencia europea que se reflejó en la Revolución Francesa, al final de la cual aparecieron los prerrománticos , con sus asomos de sentimentalismo, exotismo, individualismo, amor a la libertad y anhelos de felicidad terrena.

El neoclásico sostuvo que el arte debe ser una síntesis totalitaria entre lo bello y lo útil. De esta manera, lo didáctico de la tendencia se mostró en la compenetración entre lo estético y lo pragmático en función del progreso y la elevación moral y espiritual del ser humano. Lo racional se convirtió en objetivo estético. La norma y el orden se hicieron indispensables para la creación literaria que se transformó en maneras supuestamente sencillas y naturales. Rechazaron las complicaciones del Barroco en busca de nuevos y opuestos cánones. La rigidez, la frialdad, la simetría, la imitación son los principales principios del arte neoclásico

Los escritores de esa época intentaron dar a su producción una cierta elegancia de sabor helénico, pero con excesiva preocupación de la forma. En general, las características del neoclasicismo son:
· Predomino de la razón sobre el sentimiento, de la disciplina sobre la libertad creadora, de la norma general sobre la tendencia individualista
· Estricta separación de géneros y subgéneros; es decir: no se mezclan lo cómico con lo trágico, ni el verso con la prosa
· La finalidad de la obra literaria era crítica o ética
· Influencia francesa en todos los órdenes





Resultados:
· Ausencia casi total de la buena poesía
· Predominio de la prosa, principalmente ensayo
· Falta de comprensión hacia lo barroco y lo popular


Aparentemente era lo mismo que perseguían los renacentistas y sus continuadores, los clásicos franceses. Hay sin embargo sutiles diferencias:

RENACENTISTAS
NEOCLÁSICOS
- Aspiraban a actualizar lo antiguo, conservando lo actual, lo propio y sus pasiones
Fue una adaptación gozosa y creadora del mundo clásico antiguo
Escribieron pensando en Grecia y Roma, pero dejando las puertas abiertas a la Naturaleza circundante
Bebieron directamente en fuentes antiguas
Llegaron creando y renovando
Intentaron sustituir sus propias pasiones por los sentimientos de un mundo ya liquidado (el grecorromano)
Trataron de imitar el modelo clásico, sin poner nada o muy poco de su parte
Cerraron sus ventanas al exterior, y sólo tuvieron ojos para las joyas del pasado llamadas “cánones”
En ocasiones bebieron a través del clasicismo francés
Llegaron destruyendo y sustituyendo


En esta época aparecieron hombres que salvaron la literatura. En el siglo XVIII francés fue llamado el “Siglo de las Luces” y se caracterizó por el predominio de controversias y críticas. Algunos literatos destacan como Carlos de Secondant (Barón de Montesquieu), Francisco Arouet (Voltaire), Juan Jacobo Rousseau, Pierre Bayle, Denis Diderot, George Louis Lecler entre otros.
La Enciclopedia con objeto de popularizar los progresos del espíritu humano, surgió la idea de publicar una Enciclopedia cuyos artículos fueran una poderosa arma de la Revolución Francesa, entre sus articulistas estuvieron Diderot y D´Alambert.

Ahora bien, si el neoclasico mantuvo como teoría estética objetivos eminentemente didácticos, es lógico que la literatura se alimentara de los últimos descubrimientos, de las nuevas teorías científicas y de los postulados de la nueva ideología ilustrada. El arte estuvo en función de la razón, ofreciendo una estética normativa, intelectual y objetiva en la que quedaban desplazadas las afecciones sentimentales. Más que aportar genios a la cultura universal, el neoclásico produjo ingenios. No alcanzó la originalidad de un nuevo arte, sino imitaciones bastantes perfectas de los modelos griegos

La Novela Inglesa
A fines del siglo XVII la Real Sociedad para el Progreso del Conocimiento de la Naturaleza, al igual que las Academias Francesa y Española, exigió un modo de hablar “ceñido, desnudo y natural”, expresiones positivas que llevasen todas las cosas tan cerca de la claridad matemática como les fuere posible. Todas las complicaciones, digresiones e hinchazones de estilo debía evitarse. El lenguaje de la ciencia se reflejó en las tendencias literarias. Sólo se puede aplicar el rótulo de clasicismo a una parte del siglo XVIII, en cuanto hay racionalismo humanístico, de carácter práctico.

Desde el siglo XVIII la novela sustituyó a la poesía épica y pasó a ser el género de mayor popularidad, en cuanto satisfizo la aspiración de la aventura imaginativa, como en otros siglos lo fueron las novelas de caballerías.

Defoe y Swift
El género que le da el nombre de época de oro a la literatura inglesa fue la novela, no tanto por su número, sino por su calidad. Aparecieron narradores como Samuel Richardson y Fielding; pero los más leídos serán Daniel Defoe y Jonathan Swift. Con estos dos se representará la novela inglesa.

Daniel Defoe, publicó una de las novelas más populares de todo el mundo: Robinson Crusoe. Las relaciones de naufragios y peripecias marítimas fueron frecuentes en un país de marineros; de una de ellas sacó argumento para su inmortal obra Jonathan Swift, autor de Los Viajes de Gulliver, en ésta obra satirizó la naturaleza humana: desahogo de su misantropía que lo condujo a infortunios personales.

Se le suele llamar el “padre de la novela inglesa” a Samuel Richardson, por sus novelas epistolares: Pamela, Clarisa Harlowe y Sir Carlos Grandison, dedicadas a cada una de las tres clases sociales respectivamente: la humilde, la media y la aristocrática.

COINCIDENCIAS : Robinson Crusoe, Los Viajes de Gulliver
Religiosidad y moralidad burguesas y protestante. Ambas marcan la transición de la novela puramente de aventuras, a la novela moral. Los males de la persona o sociedad son el efecto del alejamiento de las normas naturales; sobre todo en Robinson Crusoe, esto es evidente, pues el aislamiento de la sociedad durante 23 años, es consecuencia de la desobediencia a los padres, del haber intentado el tráfico ilegal con esclavos y del olvido de la divinidad, a la cual se acude sólo cuando se está en grave apuro o para pedirle favores.

Con todo, es la epopeya puritana del hombre que con su razón y voluntad, sostenida su fe sólo por la Biblia, se eleva a una vida limpia y cristiana. Al mismo tiempo es un canto triunfal al hombre que domina la Naturaleza hostil con su razón, aunque comete muchos errores, símbolos del trabajo infructuoso debido a la falta de experiencia. Pero cuando razón y experiencia se juntan, logran lo que se pretende. Simultáneamente se siente la presencia de una mano que cuida al hombre, a la que éste corresponde con la expansión religiosa.

Con tintes verdaderamente negros, Swift hace ver que la sociedad humana es inferior a la de los otros seres creados por su fantasía, con lo que hace que la mirada se fije en las muchas cosas que andan mal en nuestro mundo. Lo burgués también aparece claramente: los Viajes de Gulliver, son el símbolo de una Inglaterra colonialista, que lleva a otros lugares su civilización, y también representa el espíritu aventurero del inglés medio, que se enriquecía en las colonias. Swift crítica las costumbres burguesas, las instituciones y hasta se permite bulas contra la política y la religión aburguesadas.

Estilo: en ambas obras hay una evasión de la sociedad y una auténtica soledad, pues aunque Gulliver anda entre otros seres, le son totalmente extraños. Sólo a distancia y en la sociedad se puede ver mejor nuestro mundo y valorar lo bueno o criticar lo malo para ponerle remedio.
Diferencias:
Robinson
Gulliver

Es totalmente histórico

Sus reflexiones son constructivas

Su estilo es directo, sencillo, no se descubre en él segundas intenciones; es claro y espontáneo.

No hay ironía

Su criterio de novelista tiene como ideales la edificación moral (no la crítica) en el sentido de la religiosidad protestante puritana

Trata de imponerle a la naturaleza todas las formas artificiales que está acostumbrado a asociar a la dignidad humana

Quiere restablecer, como buen inglés, las convenciones tradicionales que defienden su espíritu frente a la naturaleza

Está contento con su paraíso terrenal

Da la idea de que se trata de una ficción, cuando todo lo sucedido es real

Observación realista del quehacer humano y descripción adecuada y coherente de la realidad

Lo anima una honda y extraña poesía que le da un hálito de optimismo

Nos abre los ojos para estimar el valor del mundo en que vivimos

Es fantástico

Su actitud crítica y reflexiva llega hasta burlas precisas contra ciertos males, que aunque son de su tiempo, parece que se repiten para mal de la humanidad

Su procedimiento es habilísimo e intencionado: finge exponer algo muy plausible, pero en el fondo está dejando en ridículo a los seres humanos

Su ironía le permite mayor riqueza de estilo, desdoblando los planos de la intención y del significado

Su crítica religiosa es dura, pero cierta, pues ve que no se practica lo que se cree

Trata de despojar al hombre de sus hábitos, en cuanto puramente convencionales, sustituyéndolos por otros más razonados

No llega a soluciones positivas. Se limita a señalar, con dedo de fuego, lo acostumbrado

El cambio de las costumbres se impone, pues si las crítica, es para cambiarlas

No está contento con su mundo

No hay engaño posible, se trata de una obra fantástica

Visión deformada y exagerada de la realidad, pues está cargada hacia lo malo del hombre. Finge ignorar que el bien y lo positivo también existen

Su constante crítica deja un sabor amargo de pesimismo

Nos decepciona de nuestro mundo
CLASICISMO

Clásico viene del adjetivo latino “classicus” que significa categoría, clase y de allí pasó a designar los principales y mejores escritores y sus obras. En el término tiene varias acepciones: las literaturas clásicas por excelencia son la griega y la latina, consideradas las más acabadas y perfectas, y por lo tanto, modelos de las demás literaturas.

Clásicos son también los autores que han llevado a su máximo la literatura en sus respectivas lenguas o países. A este periodo de máximo esplendor corresponde el nombre de la Edad de Oro: el siglo XV para Italia, el XVI y XVII para España, etc. Así obras clásicas son las que perduran, por haber superado las pruebas del tiempo y la crítica.

Clásicos, mejor llamados “clasicistas” son los escritores que escribieron de acuerdo con las tendencias deducidas de los autores grecolatinos, ya imitándolos o inspirándose en ellos, o apoyándose en concepciones a las que supuestamente se habían sujetado los antiguos.
Lo clásico se opone a lo romántico; como una reacción al Clasicismo, que degeneró en una copia servil y fría de los clasicistas, aparecerá el romanticismo, que es libertad y sentimiento. Clásico se contrapone a moderno.

1. PANORAMA HISTÓRICO LITERARIO

En narrativa, el escritor más original fue Francisco Rabelais, quien relató las aventuras del gigante “Gargantúa” y luego las de su hijo “Pantagruel”, con sencillez, pero con gran percepción de lo cómico, burlesco y satírico, en un lenguaje a veces burdo y popular, pero lleno de vida.

Nace el ensayo, Miguel de Montaigne hombre de sólida instrucción y espíritu crítico, amó el retiro y el estudio, gustó de comparar las opiniones propias con las ajenas, a fin de juzgar mejor de las cosas. Sus meditaciones dieron origen a sus Ensayos – nombre con que se bautizó al género – escritos en tono sencillo, claro y con espíritu moderno de escepticismo y discreción.

El género tal vez más afectado por el rigor de las reglas y la subordinación de la imaginación a la razón, fue la poesía. La lírica está hecha para la emoción y a veces para la reflexión; y los clásicos la utilizaron para la pedagogía. El eslogan barroco de “el arte por el arte” fue trocado por el de “el arte para la educación”, con lo que se desvirtuó su finalidad literaria. Por eso la lírica cayó desde Ronsard.

El que mejor puede representar la poesía de la época es Juan de Lafontaine, quien cultivó todos los géneros, pero principalmente la didáctica, es decir, imitó e inventó fábulas: pequeñas narraciones ficticias y sencillas, de las que se obtiene una lección, sea ética, filosófica, artística o práctica; o bien critican las situaciones del momento, pero que pueden presentarse en cualquier tiempo y lugar, tales como los problemas políticos, la adulación, etc.

Conservan una moral popular y burguesa y a ratos más negativa que positiva, pues se puede reducir a la prudencia y a la moderación: es decir, a no confiar en los demás y a no excederse, cosas abiertamente buenas, pero insuficientes para el alimento del alma del niño. Además, concede escaso lugar al ideal, al sacrificio a la caridad.

Los personajes de la fábula son los llamados “irracionales” que en un ambiente mítico (hablan para deliberar sus asuntos, como los dioses antiguos) explican que el hombre ya no es el único centro del mundo, ni el rey del universo, que la razón es tan universal e igual para todos, que las mismas reglas que rigen la conducta y sabiduría animales, pueden servir de modelo al comportamiento humano. Contra el racionalismo y la fe, se empieza a tomar más en serio la vida simplemente terrestre. Por eso los animales pueden predicar:
· Prudencia e ingenio
· La moderación, que no excluye el valor, ni debe llegar al exceso de la inactividad
· El servicio a la sociedad
· Que ellos se parecen al hombre por su inteligencia y él a ellos por sus instintos
· Que el hombre les debe estima y protección, en vez de ingratitud.

En el cuerpo de la fábula los personajes aparecen observados con precisión y cariño (al contrario de las églogas y novelas pastoriles en que el ambiente cortesano es trasladado al campo, e idealizados los pastores), de donde brota su poesía. El estilo varía con los personajes, pero todos hablan con sencillez y naturalidad, porque la Naturaleza los creó sin complicaciones.

Técnicamente invierte el procedimiento de los antiguos, en quienes el relato prepara la moraleja; en Lafontaine la fábula es ante todo relato. En cuanto a la versificación, rompe con el verso alejandrino: utiliza diferentes combinaciones métricas y estróficas; se permite el encabalgamiento.
Tanto por la multiplicidad de los argumentos como por sus reflexiones sobre el amor, la amistad, la muerte, etc…, Las fábulas se convierten en una vasta comedia de cien actos diversos que adquieren su verdadera dimensión cuando se les considera en su totalidad, pero también tomadas cada una de ellas por separado. Han sobrepasado el interés ético, con lo que el poeta ha vencido al moralista.

2. LA PROSA CLASICISTA
La novela y el ensayo, principalmente han colaborado para formar una tradición bastante nutrida del género dentro del marco cultural europeo. Así no es raro encontrar que algunos críticos señalen la supremacía de Francia respecto a la calidad técnica y descriptiva de su prosa.

2.1. La novela.

Francia ha tenido desde antiguo una tradición novelística, pues allí se originó el género, se precisó su técnica, su estructura, se le infundieron valores descriptivos, psicológicos. En la novela clasicista se externa el pensamiento de manera sincera, espontánea: lo visto, oído o vivido en los salones de la gente noble va a ser tema de la narrativa. Se comunican las intimidades, ya en memorias, en cartas, en confesiones, ya en pequeñas narraciones sin grandes complicaciones técnicas.

2.2. El ensayo, la Ilustración

A pesar de que la Europa del siglo XVII se mantuvo dentro de un rigor unitario y preceptivo, en el siglo XVIII ese clima de unidad y seguridad está encubierto por la nieve de las pelucas blancas, bajo las cuales se alimentaba la inquietud y la libertad, que iban a subvertir el orden establecido anunciando la pluralidad moderna y contemporánea. Es cuando se empieza a gestar el grito de “ Libertad, igualdad, fraternidad ”, y el racionalismo llega a caer en el ateísmo: el concepto de Dios es sustituido por el de la naturaleza.

La Enciclopedia opuso a las tesis tradicionales de fe, absolutismo y disciplina sus antitéticos: razón, constitucionalismo y libertad; su prólogo y sus artículos son verdaderos ensayos que divulgan tales teorías. Bajo esta misma forma de ensayo se van a comunicar los pensadores – literatos.

lunes, 14 de abril de 2008

Edgar Alan Poe ¿Quién es?

Edgar Allan Poe (19 de enero de 1809 - 7 de octubre de 1849), escritor románticoestadounidense, cuentista, poeta, crítico y editor, unánimemente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Es considerado el padre del cuento de terror psicológico y del short story (relato corto) en su país. Fue precursor asimismo del relato detectivesco y de la literatura de ciencia ficción, y renovador de la llamada novela gótica.

Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa, pero su importancia alcanza mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana, y, en mayor o menor medida, autores como Kafka, Lovecraft, Borges, etc. Su obra poética magistral El cuervo, es traducida por primera vez al español en el año 1887, por el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde.

Neoclasicismo


me gusta esta imagen pues tiene diversos significados la postura en la que el caballo se encuentre por lo que muestra la imagn se diria que murió en batalla, ademas me agrada la imagen porque se observa que fue un gran idolo del neoclasicismo entonces se puede determinar su valentía por la conquista y batalla

Robinson Crusoe (Seria)

Bueno una vez que me levante tarde, me puse ha ver la Tele y me encontre con esto, es una serie de homenaje a Robison Crusoe, como fue hace como una semana no recuerdo donde ni a que hora solo, que era entre las 8:00 y las 10:00, Martes o Jueves y si tienen Sky entre el canal 201-206, disculpen que no pueda ser mas especifico pero es todo lo que recuerdo, y la verdad si esta muy interesante la serie.


Edgar Allan Poe (Espiritu de la pervercidad)

El Demoio de la pervercidad, Edgar Allan Poe

EDGAR ALLAN POEEL DEMONIO DE LA PERVERSIDADEn la consideración de las facultades e impulsos de los prima mobilia del almahumana los frenólogos han olvidado una tendencia que, aunque evidentemente existecomo un sentimiento radical, primitivo, irreductible, los moralistas que los precedierontambién habían pasado por alto. Con la perfecta arrogancia de la razón, todos la hemospasado por alto. Hemos permitido que su existencia escapara a nuestro conocimiento tansólo por falta de creencia, de fe, sea fe en la Revelación o fe en la Cábala. Nunca se nosha ocurrido pensar en ella, simplemente por su gratuidad. No creímos que esa tendenciatuviera necesidad de un impulso. No podíamos percibir su necesidad. No podíamosentender, es decir, aunque la noción de este primum mobile se hubiese introducido por símisma, no podíamos entender de qué modo eta capaz de actuar para mover las cosashumanas, ya temporales, ya eternas. No es posible negar que la frenología, y en granmedida toda la metafísica, han sido elaboradas a priori. El metafísico y el lógico, más queel hombre que piensa o el que observa, se ponen a imaginar designios de Dios, a dictarepropósitos. Habiendo sondeado de esta manera, a gusto, las intenciones de Jehová,construyen sobre estas intenciones sus innumerables sistemas mentales. En materia defrenología, por ejemplo, hemos determinado, primero (por lo demás era bastante naturalhacerlo), que, entre los designios de la Divinidad se contaba el de que el hombre comiera.Asignamos, pues, a éste un órgano de la alimentividad para alimentarse, y este órgano esel acicate con el cual la Deidad fuerza al hombre, quieras que no, a comer. En segundolugar, habiendo decidido que la voluntad de Dios quiere que el hombre propague laespecie, descubrimos inmediatamente un órgano de la amatividad. Y lo mismo hicimoscon la combatividad, la ídealidad, la casualidad, la constructividad, en una palabra, contodos los órganos que representaran una tendencia, un sentimiento moral o una facultaddel puro intelecto. Y en este ordenamiento de los principios de la acción humana, losspurzheimistas, con razón o sin ella, en parte o en su totalidad, no han' hecho sino seguiren principio los pasos de sus predecesores, deduciendo y estableciendo cada cosa a partirdel destino preconcebido del hombre y tomando como fundamento los propósitos de suCreador.Hubiera sido más prudente, hubiera sido más seguro fundar nuestra clasificación(puesto que debemos hacerla) en lo que el hombre habitual u ocasionalmente hace, y enlo que siempre hace ocasionalmente, en cambio de fundarla en la hipótesis de lo queDios pretende obligarle a hacer: Si no podemos comprender a Dios en sus obras visibles,¿cómo lo comprenderíamos en los inconcebibles pensamientos que dan vida a sus obras?Si no podemos entenderlo en sus criaturas objetivas, ¿cómo hemos de comprenderlo ensus tendencias esenciales y en las fases de la creación?La inducción a posteriori hubiera llevado a la frenología a admitir, comoprincipio innato y primitivo de la acción humana, algo paradójico que podemos llamarperversidad a falta de un término más característico. En el sentido que le doy es, enrealidad, un móvil sin motivo, un motivo no motivado. Bajo sus incitaciones actuamossin objeto comprensible, o, si esto se considera una contradicción en los términos,podemos llegar a modificar la proposición y decir que bajo sus incitaciones actuamos porla razón de que no deberíamos actuar. En teoría ninguna razón puede ser más irrazonable;pero, de hecho, no hay ninguna más fuerte. Para ciertos espíritus, en ciertas condicionesllega a ser absolutamente irresistible. Tan seguro como que respiro sé que en la seguridadde la equivocación o el error de una acción cualquiera reside con frecuencia la fuerzairresistible, la única que nos impele a su prosecución. Esta invencible tendencia a hacer elmal por el mal mismo no admitirá análisis o resolución en ulteriores elementos. Es unimpulso radical, primitivo, elemental. Se dirá, lo sé, que cuando persistimos en nuestrosactos porque sabemos que no deberíamos hacerlo, nuestra conducta no es sino unamodificación de la que comúnmente provoca la combatividad de la frenología. Pero unamirada mostrará la falacia de esta idea. La combatividad, a la cual se refiere la frenología,tiene por esencia la necesidad de autodefensa. Es nuestra salvaguardia contra todo daño.Su principio concierne a nuestro bienestar, y así el deseo de estar bien es excitado almismo tiempo que su desarrollo. Se sigue que el deseo de estar bien debe ser excitado almismo tiempo por algún principio que será una simple modificación de la combatividad,pero en el caso de esto que llamamos perversidad el deseo de estar bien no sólo no semanifiesta, sino que existe un sentimiento fuertemente antagónico.Si se apela al propio corazón, se hallará, después de todo, la mejor réplica a lasofistería que acaba de señalarse. Nadie que consulte con sinceridad su alma y la sometaa todas las preguntas estará dispuesto a negar que esa tendencia es absolutamente radical.No es más incomprensible que característica. No hay hombre viviente a quien en algúnperíodo no lo haya atormentado, por ejemplo, un vehemente deseo de torturar a suinterlocutor con circunloquios. El que habla advierte el desagrado que causa; tiene toda laintención de agradar; por lo demás, es breve, preciso y claro; el lenguaje más lacónico ymás luminoso lucha por brotar de su boca; sólo con dificultad refrena su curso; teme ylamenta la cólera de aquel a quien se dirige; sin embargo, se le ocurre la idea de quepuede engendrar esa cólera con ciertos incisos y ciertos paréntesis. Este solo pensamientoes suficiente. El impulso crece hasta el deseo, el deseo hasta el anhelo, el anhelo hasta unansia incontrolable y el ansia (con gran pesar y mortificación del que habla y desafiandotodas las consecuencias) es consentida.Tenemos ante nosotros una tarea que debe ser cumplida velozmente. Sabemos quela demora será ruinosa. La crisis más importante de nuestra vida exige, a grandes voces,energía y acción inmediatas. Ardemos, nos consumimos de ansiedad por comenzar latarea, y en la anticipación de su magnifico resultado nuestra alma se enardece. Debe,tiene que ser emprendida hoy y, sin embargo, la dejamos para mañana; y por qué? No hayrespuesta, salvo que sentimos esa actitud perversa, usando la palabra sin comprensión delprincipio. El día siguiente llega, y con él una ansiedad más impaciente por cumplir connuestro deber, pero con este verdadero aumento de ansiedad llega también un indecibleanhelo de postergación realmente espantosa por lo insondable. Este anhelo cobra fuerzasa medida que pasa el tiempo. La última hora para la acción está al alcance de nuestramano. Nos estremece la violencia del conflicto interior, de lo definido con lo indefinido,de la sustancia con la sombra. Pero si la contienda ha llegado tan lejos, la sombra es laque vence, luchamos en vano. Suena la hora y doblan a muerto por nuestra felicidad. Almismo tiempo es el canto del gallo para el fantasma que nos había atemorizado. Vuela,desaparece, somos libres. La antigua energía retorna. Trabajaremos ahora. ¡Ay, esdemasiado tarde!Estamos al borde de un precipicio. Miramos el abismo, sentimos malestar yvértigo. Nuestro primer impulso es retroceder ante el peligro. Inexplicablemente, nosquedamos. En lenta graduación, nuestro malestar y nuestro vértigo se confunden en unanube de sentimientos inefables. Por grados aún más imperceptibles esta nube cobraforma, como el vapor de la botella de donde surgió el genio en Las mil y una noches.Pero en esa nube nuestra al borde del precipicio, adquiere consistencia una forma muchomás terrible que cualquier genio o demonio de leyenda, y, sin embargo, es sólo unpensamiento, aunque temible, de esos que hielan hasta la médula de los huesos con laferoz delicia de su horror. Es simplemente la idea de lo que serían nuestras sensacionesdurante la veloz caída desde semejante altura. Y esta caída, esta fulminante aniquilación,por la simple razón de que implica la más espantosa y la más abominable entre las másespantosas y abominables imágenes de la muerte y el sufrimiento que jamás se hayanpresentado a nuestra imaginación, por esta simple razón la deseamos con más fuerza. Yporque nuestra razón nos aparta violentamente del abismo, por eso nos acercamos a élcon más ímpetu. No hay en la naturaleza pasión de una impaciencia tan demoniaca comola del que, estremecido al borde de un precipicio, piensa arrojarse en él. Aceptar por uninstante cualquier atisbo de pensamiento significa la perdición inevitable, pues lareflexión no hace sino apremiarnos para que no lo hagamos, y justamente por eso, digo,no podemos hacerlo. Si no hay allí un brazo amigo que nos detenga, o si fallamos en elsúbito esfuerzo de echarnos atrás, nos arrojamos, nos destruimos.Examinemos estas acciones y otras similares: encontraremos que resultan sólo delespíritu de perversidad. Las perpetramos simplemente porque sentimos que nodeberíamos hacerlo. Más acá o más allá de esto no hay principio inteligible; y podríamosen verdad considerar su perversidad como una instigación directa del demonio sí nosupiéramos que a veces actúa en fomento del bien.He hablado tanto que en cierta medida puedo responder a vuestra pregunta, puedoexplicaron por qué estoy aquí, puedo mostraron algo que tendrá, por lo menos, una débilapariencia de justificación de estos grillos y esta celda de condenado que ocupo. Si nohubiera sido tan prolijo, o no me hubiérais comprendido, o, como la chusma, mehubiérais considerado loco. Ahora advertiréis fácilmente que soy una de las innumerablesvíctimas del demonio de la perversidad.Es imposible que acción alguna haya sido preparada con más perfectadeliberación. Semanas, meses enteros medité en los medios del asesinato. Rechacé milplanes porque su realización implicaba una chance de ser descubierto. Por fin, leyendoalgunas memorias francesas, encontré el relato de una enfermedad casi fatal sobrevenidaa madame Pilau por obra de una vela accidentalmente envenenada. La idea impresionóde inmediato mi imaginación. Sabía que mi víctima tenía la costumbre de leer en lacama. Sabía también que su habitación era pequeña y mal ventilada. Pero no necesitofatigaros con detalles impertinentes. No necesito describir los fáciles artificios mediantelos cuales sustituí, en el candelero de, su dormitorio, la vela que allí encontré por otra demi fabricación. A la mañana siguiente lo hallaron muerto en su lecho, y el veredicto delcoroner fue: «Muerto por la voluntad de Dios.»Heredé su fortuna y todo anduvo bien durante varios años. Ni una sola vez cruzópor mi cerebro la idea de ser descubierto. Yo mismo hice desaparecer los restos de labujía fatal. No dejé huella de una pista por la cual fuera posible acusarme o siquierahacerme sospechoso del crimen. Es inconcebible el magnífico sentimiento de satisfacciónque nacía en mi pecho cuando reflexionaba en mi absoluta seguridad. Durante un períodomuy largo me acostumbré a deleitarme en este sentimiento. Me proporcionaba un placermás real que las ventajas simplemente materiales derivadas de mi crimen. Pero lesucedió, por fin, una época en que el sentimiento agradable llegó, en gradación casiimperceptible, a convertirse en una idea obsesiva, torturante. Torturante por lo obsesiva.Apenas podía librarme de ella por momentos. Es harto común que nos fastidie el oído, omás bien la memoria, el machacón estribillo de una canción vulgar o algunos compasestriviales de una ópera. El martirio no sería menor si la canción en sí misma fuera buena eel cría de ópera meritoria. Así es como, al fin, me descubría permanentemente pensandoen mi seguridad y repitiendo en voz baja la frase: «Estoy a salvo».Un día, mientras vagabundeaba por las calles, me sorprendí en el momento demurmurar, casi en voz alta, las palabras acostumbradas. En un acceso de petulancia les diesta nueva forma: «Estoy a salvo, estoy a salvo si no soy lo bastante tonto para confesarabiertamente.»No bien pronuncié estas palabras, sentí que un frío de hielo penetraba hasta micorazón. Tenía ya alguna experiencia de estos accesos de perversidad (cuya naturaleza heexplicado no sin cierto esfuerzo) y recordaba que en ningún caso había resistido con éxitosus embates. Y ahora, la casual insinuación de que podía ser lo bastante tonto paraconfesar el asesinato del cual era culpable se enfrentaba conmigo como la verdaderasombra de mi asesinado y me llamaba a la muerte.Al principio hice un esfuerzo para sacudir esta pesadilla de mi alma. Caminévigorosamente, más rápido, cada vez más rápido, para terminar corriendo. Sentía undeseo enloquecedor de gritar con todas mis fuerzas. Cada ola sucesiva de mi pensamientome abrumaba de terror, pues, ay, yo sabía bien, demasiado bien, que pensar, en misituación, era estar perdido. Aceleré aún más el paso. Salté como un loco por las callesatestadas. Al fin, el populacho se alarmó y me persiguió. Sentí entonces la consumaciónde mi destino. Si hubiera podido arrancarme la lengua lo habría hecho, pero una voz rudaresonó en mis oídos, una mano más ruda me aferró por el hombro. Me volví, abrí la bocapara respirar. Por un momento experimenté todas las angustias del ahogo: estaba ciego,sordo, aturdido; y entonces algún demonio invisible -pensé- me golpeó con su anchapalma en la espalda. El secreto, largo tiempo prisionero, irrumpió de mi alma.Dicen que hablé con una articulación clara, pero con marcado énfasis yapasionada prisa, como si temiera una interrupción antes de concluir las breves perodensas frases que me entregaban al verdugo y al infierno.Después de relatar todo lo necesario para la plena acusación judicial, caí por tierradesmayado.Pero, ¿para qué diré más? ¡Hoy tengo estas cadenas y estoy aquí! ¡Mañana estaré libre! Pero, ... ¿dónde?

domingo, 13 de abril de 2008

El cuervo (Edgar Allan Poe)

Una vez, en la lúgubre media noche, mientras meditaba débil y fatigado sobre el ralo y precioso volumen de una olvidada doctrina y, casi dormido, se inclinaba lentamente mi cabeza, escuché de pronto un crujido como si alguien llamase suavemente a la puerta de mi alcoba."Debe ser algún visitante", pensé. ¡Ah!, recuerdo con claridad que era una noche glacial del mes de diciembre y que cada tizón proyectaba en el suelo el reflejo de su agonía. Ardientemente deseé que amaneciera; y en vano me esforcé en buscar en los libros un lenitivo de mi tristeza, tristeza por mi perdida Leonora, por la preciosa y radiante joven a quien los ángeles llaman Leonora, y a la que aquí nadie volverá a llamar.
Y el sedoso, triste y vago rumor de las cortinas purpúreas me penetraba, me llenaba de terrores fantásticos, desconocidos para mí hasta ese día; de tal manera que, para calmar los latidos de mi corazón, me ponía de pie y repetía: "Debe ser algún visitante que desea entrar en mi habitación, algún visitante retrasado que solicita entrar por la puerta de mi habitación; eso es, y nada más".
En ese momento mi alma se sentía más fuerte. No vacilando, pues, más tarde dije: "Caballero, o señora, imploro su perdón; mas como estaba medio dormido, y ha llamado usted tan quedo a la puerta de mi habitación, apenas si estaba seguro de haberlo oído". Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!
Escudriñando con atención estas tinieblas, durante mucho tiempo quedé lleno de asombro, de temor, de duda, soñando con lo que ningún mortal se ha atrevido a soñar; pero el silencio no fue turbado y la movilidad no dio ningún signo; lo único que pudo escucharse fue un nombre murmurado: "¡Leonora!". Era yo el que lo murmuraba y, a su vez, el eco repitió este nombre: "¡Leonora!". Eso y nada más.Vuelvo a mi habitación, y sintiendo toda mi alma abrasada, no tardé en oír de nuevo un golpe, un poco más fuerte que el primero. "Seguramente ,me dije, hay algo en las persianas de la ventana; veamos qué es y exploremos este misterio: es el viento, y nada más".
Entonces empujé la persiana y, con un tumultuoso batir de alas, entró majestuoso un cuervo digno de las pasadas épocas. El animal no efectuó la menor reverencia, no se paró, no vaciló un minuto; pero con el aire de un Lord o de una Lady, se colocó por encima de la puerta de mi habitación; posándose sobre un busto de Palas, precisamente encima de la puerta de mi alcoba; se posó, se instaló y nada más.Entonces, este pájaro de ébano, por la gravedad de su continente, y por la severidad de su fisonomía, indujo a mi triste imaginación a sonreír; "Aunque tu cabeza - le dije -no tenga plumero, ni cimera, seguramente no eres un cobarde, lúgubre y viejo cuervo, viajero salido de las riberas de la noche. ¡Dime cuál es tu nombre señorial en las riberas de la Noche plutónica!". El cuervo exclamó: "¡Nunca más!".
Quedé asombrado que ave tan poco amable entendiera tan fácilmente mi lenguaje, aunque su respuesta no tuviese gran sentido ni me fuera de gran ayuda, porque debemos convenir en que nunca fue dado a un hombre ver a un ave por encima de la puerta de su habitación, un ave o un animal sobre una estatua colocada a la puerta de la alcoba, y llamándose: ¡Nunca más!
Pero el cuervo, solitariamente posado sobre el plácido busto, no pronunciaba más que esas palabras, como si en ellas difundiese su alma entera. No pronunciaba nada más, no movía una pluma, hasta que comencé a murmurar débilmente: "Otros amigos ya han volado lejos de mí; hacia la mañana, también él me abandonará como mis antiguas esperanzas". El pájaro dijo entonces: "¡Nunca más!".
Estremeciéndome al rumor de esta respuesta lanzada con tanta oportunidad, exclamé: "Sin duda lo que ha dicho constituye todo su saber, que aprendió en casa de algún infortunado, a quien la fatalidad ha perseguido ardientemente, sin darle respiro, hasta que sus canciones no tuviesen más que un solo estribillo, hasta que el De Profundis de su esperanza hubiese adoptado este melancólico estribillo: ¡Nunca, nunca, nunca más!".
Pero como el cuervo indujera a mi alma triste a sonreír de nuevo, acerqué un asiento de mullidos cojines frente al ave, el busto y la puerta; entonces, arrellanándome sobre el terciopelo, quise encadenar las ideas buscando lo que auguraba el pájaro de los antiguos tiempos, lo que este triste, feo, siniestro, flaco y agorero pájaro de los antiguos tiempos quería hacerme comprender al repetir sus ¡Nunca más!
De esta manera, soñando, haciendo conjeturas, pero sin dirigir una nueva sílaba al pájaro, cuyos ardientes ojos me quemaban ahora hasta el fondo del corazón, trataba de adivinar eso y más todavía, mientras mi cabeza reposaba sobre el terciopelo violeta que su cabeza, la de ella, no oprimirá ya, ¡ay, nunca más!
Entonces me pareció que el aire se espesaba, perfumado por invisible incensario balanceado por serafines, cuyos pasos rozaban la alfombra de la habitación. "¡Infortunado! - exclamé -, tu dios te ha enviado por sus ángeles una tregua y un respiro, para que olvides tus tristes recuerdos de Leonora, ¡Bebe! ¡Oh!, bebe esa deliciosa bebida para que olvides tus tristes recuerdos de Leonora. ¡Bebe y olvida a la Leonora perdida!". Y el cuervo dijo: "¡Nunca más!".
"¡Profeta! - dije -, ¡ser de desdicha! ¡Pájaro o demonio, pero al fin profeta! ¡Que hayas sido enviado por el tentador, o que la tempestad te haya hecho simplemente caer, naufragar, pero aún intrépido, sobre esta tierra desierta, en esta habitación que ha sido visitada por el Horror, dime, te lo suplico, ¿existe un bálsamo para mi terrible dolor? ¿Existe el bálsamo de Judea? ¡Di, di, te lo suplico!". Y el cuervo dijo: "¡Nunca más!".
"¡Profeta! - dije -, ¡ser de desdicha! ¡Pájaro o demonio, pero al fin profeta! Por el cielo que se extiende sobre nuestras cabezas, por ese Dios que ambos adoramos, di a esta alma llena de dolor si en el lejano paraíso podrá abrazar a una santa joven, a quien los ángeles llaman Leonora. Abrazar a una preciosa y radiante joven a quien los ángeles llaman Leonora". El cuervo dijo: "¡Nunca más!".
"¡Que esta palabra sea la señal de nuestra separación pájaro o demonio! - grité irguiéndome -. Vuelve a la tempestad, a las riberas de la Noche plutónica; no dejes aquí una sola pluma negra como recuerdo de la falsedad que tu alma ha proferido. Deja mi soledad inviolada. Abandona ese busto colocado encima de la puerta. Retira tu pico de mi corazón y precipita tu espectro lejos de mi puerta". El cuervo dijo: "¡Nunca más!".
Y el cuervo, inmutable, continúa instalado allí, sobre el pálido busto de Palas, precisamente encima de la puerta de mi habitación, y sus ojos se parecen a los ojos de un demonio que sueña; y la luz de la lámpara, cayendo sobre él, proyecta su sombra en el suelo; y mi alma, fuera del círculo de esta sombra que yace flotante sobre el suelo, no podrá volver a elevarse. ¡Nunca más!

Poema Romanticismo

Canción del pirata

Con diez cañones por bandaviento en popa, a toda vela,no corta el mar, sino vuelaun velero bergantín.Bajel pirata que llaman,por su bravura, El Temido,en todo mar conocidodel uno al otro confín.
La luna en el mar rielaen la lona gime el viento,y alza en blando movimientoolas de plata y azul;y va el capitán pirata,cantando alegre en la popa,Asia a un lado, al otro Europa,y allá a su frente Istambul:
Navega, velero míosin temor,que ni enemigo navíoni tormenta, ni bonanzatu rumbo a torcer alcanza,ni a sujetar tu valor.
Veinte presas hemos hechoa despecho del inglésy han rendido sus pendonescien naciones a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.
Allá; muevan feroz guerraciegos reyespor un palmo más de tierra;que yo aquí; tengo por míocuanto abarca el mar bravío,a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa sea cualquiera,ni bandera de esplendor,que no sienta mi derechoy dé pechos mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.
A la voz de “¡barco viene!”es de vercómo vira y se previenea todo trapo a escapar;que yo soy el rey del mar,y mi furia es de temer.
En las presas yo dividolo cogido por igual;sólo quiero por riquezala belleza sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!Yo me ríono me abandone la suerte,y al mismo que me condena,colgaré de alguna antena,quizá; en su propio navío
Y si caigo,¿qué es la vida?Por perdida ya la di,cuando el yugo del esclavo,como un bravo sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.
Son mi música mejoraquilones,el estrépito y temblorde los cables sacudidos,del negro mar los bramidosy el rugir de mis cañones.
Y del trueno al son violento,y del viento al rebramar,yo me duermo sosegado,arrullado por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,que es mi dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento,mi única patria, la mar.

Poema Neoclásico

A Flerida, poetisa

Basta Cupido ya, que a la divina
Ninfa del Turia reverente adoro:
ni espero libertad, ni alivio imploro,
y cedo alegre al astro que me inclina.
¿Qué nuevas armas tu rigor destina
contra mi vida, si defensa ignoro?
Sí, ya la admiro entre el castalio coro
la cítara pulsar griega y latina.
Ya, coronada del laurel febeo,
en altos versos llenos de dulzura,
oigo su voz, su número elegante.
Para tanto poder débil trofeo
adquieres tú; si sólo su hermosura
bastó a rendir mi corazón amante.

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sábado, 12 de abril de 2008

Biografía de Allan Poe

Edgar Allan Poe (19 de enero de 1809 - 7 de octubre de 1849), escritor romántico estadounidense, cuentista, poeta, crítico y editor, unánimemente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Es considerado el padre del cuento de terror psicológico y del short story (relato corto) en su país. Fue precursor asimismo del relato detectivesco y de la literatura de ciencia ficción, y renovador de la llamada novela gótica.

Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa, pero su importancia alcanza mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana, y, en mayor o menor medida, autores como Kafka, Lovecraft, Borges, etc. Su obra poética magistral El cuervo, es traducida por primera vez al español en el año 1887, por el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde.

En una de sus cartas, dejó escrito:

Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; es un honesto deseo de futuro.

Este es un cómic que hicieron del gato negro, es muy bueno ya que los dibujos son en blanco y negro y le dan mucho suspenso.